
En el Día Mundial del Malbec, se celebra una cepa que encontró su verdadera esencia en Argentina.

Aunque el Malbec tiene origen francés, fue en Argentina donde encontró su verdadero hogar. La combinación entre altura, amplitud térmica y suelos minerales le otorgó a esta variedad un carácter único. En pocas décadas, el Malbec argentino dejó de ser un secreto para convertirse en el embajador internacional del vino argentino.
Actualmente, se cultiva en todo el país, pero alcanza su máxima expresión en regiones como Mendoza, Valle de Uco, Luján de Cuyo, y también en zonas más extremas como Salta o la Patagonia.
El Malbec argentino se destaca por su cuerpo, intensidad, notas a fruta madura y una textura amable que lo vuelve accesible, pero inolvidable. Se adapta a múltiples maridajes: carnes asadas, pastas con salsas intensas, quesos curados, o simplemente una buena conversación.
Tres expresiones de Malbec para descubrir
En el universo del Malbec, existen etiquetas que reflejan la esencia de sus cosechas y el trabajo cuidadoso de pequeñas bodegas. Entre los más distinguidos se destacan tres ejemplos que invitan a seguir explorando esta cepa:
- Palá Corazón: joven, vibrante, ideal para quienes buscan una expresión auténtica y directa del Malbec.
- Gata Flora Reserva: elegante, con paso por barrica, y una complejidad que se descubre sorbo a sorbo.
- Maison Pouget: una etiqueta con historia, estructura y ese toque clásico que define a los grandes Malbecs.
Este abril, un brindis por el Malbec
El Día del Malbec es la ocasión ideal para abrir una botella, compartir y descubrir nuevas expresiones de una cepa que representa la historia, la tierra y el carácter del vino argentino.